Hoy te invito a que seas quien protagonice una breve historia:
Imaginate que estás volviendo de pasar 4 días acampando a orillas de un lago en la Patagonia argentina. Estuviste plantando árboles en un bosque incendiado como parte de un equipo de más de 60 personas.
Durante esos días no estuviste sin conexión, pero tenés pendiente reservar el hospedaje en la ciudad de Bariloche, a donde regresará todo el grupo y a donde vas a quedarte un par de noches antes de volver a Buenos Aires.
En cuanto tu teléfono celular capta señal, abrís la web de un hostel que ya tenías agendado.
Imaginate que venís de dormir 3 noches en una carpa; con frío, lluvia y nieve; sin sanitarios ni duchas… Lo que más deseás en ese momento es un baño con agua caliente y una cama seca, abrigada y mullida.
Así que abrís esa web del hostel. Querés asegurarte de que ahí hay un lugar para vos. Pongamos que este Hostel se llama A.
Lo primero que ves en la pantalla de tu teléfono es una ruedita que gira, indicandote que la página se está cargando…
…y la ruedita gira, y gira, y gira… pero la web no abre.
Hacés un segundo intento; un tercer intento y hasta un cuarto intento, pero nada. Es que la señal es algo débil y por momentos se pierde entre las montañas.
Mientras tanto, en el asiento detrás tuyo escuchás que hay alguien reservando estadía en otro hostel de Bariloche y sí se puede conectar. Y sí puede reservar. Pongamos que este Hostel se llama B.
Si estuvieras en esta situación, ¿Qué harías? ¿Seguís insistiendo para reservar en el Hostel A? ¿O directamente pedís el link, abrís la web del Hostel B y reservás allí?
¡No hay mucho que pensar!
Resolvés por la opción que tenés disponible. En este caso, el Hostel B ganó el cliente que el Hostel A perdió.
Fin de la historia.
Cuando se piensa en accesibiliad web lo primero que surge es la idea de la imposibilidad de navegar internet como consecuencia de limitaciones físicas o cognitivas.
Lo que nunca se piensa es en la imposibilidad de acceso a internet por cuestiones ajenas a las personas. Por ejemplo, una conexión inestable o deficiente, o que los dispositivos tengan algunos años, sean de gama baja o no cuenten con recursos suficientes para descargar páginas web pesadas.
Esto que te conté al principio le sucedió a Vero, mi socia en Pushup, volviendo de Cholila con el equipo de ReforestArg.
Fue así, tal cual.
Contrató el servicio de una empresa que cuenta con una web liviana, accesible y (por ende) sustentable. Una web que carga rápido y que cumplió su objetivo: hospedar a una persona que lo necesitaba.
Ya ves, pensar que una web sustentable y accesible solamente tiene que ver con la empatía es una idea sesgada. También tiene que ver con los buenos negocios.
Disfrutá tu día,
Florencia
PD: En el Push #26 contamos qué es ReforestArg y cómo trabajan regenerando bosques. Podés leer ese push desde aquí.
Hoy también contamos que un porcentaje de cada nuevo proyecto web que pasa por nuestro estudio se convierte en árboles.
Una web optimizada es una web más sostenible. Podemos ayudarte a mejorar su performance para darle a tus usuarios experiencias satisfactorias y mejorar las estadísticas del sitio.
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